Anoche fuimos con el Fulbright team a ver la última película (documental) de Michael Moore, "Capitalism: a love story". Realmente es interesante, aunque Moore vuelve otra vez a hacer lo mismo que ya hizo en Bowling for Columbine o Sicko, solo que cambia el tema. Moore está omnipresente en todos los medios, promocionando Capitalism, y me imagino que todos habreis leído algo del documental: una crítica feroz al sistema capitalista (básicamente made in USA). Siempre presente Flint, su pueblo natal, y la General Motors [he ahí el nacimiento de la conciencia de clase de Moore], Capitalism intenta encontrar respuestas al crack del 2008. No os voy a contar nada más porque os recomiendo que vayais a verla y descubrais por vosotros mismos lo que son los dead peasants o cómo el capital se volvió surrealista hasta el punto que un trabajador vale más muerto que vivo para la empresa. Lo dicho, id a verla. Moore se arriesga, y eso aquí, ya es mucho. Quizás mi único pero al film sea que abusa un poco del melodrama, pero en general la película merece la pena.
Bueno, después del cine nos fuimos a EL bar de Goleta. Y digo EL bar porque es el ÚNICO bar en Goleta. Carlos y Javier ya lo conocían, pero Guillermo y yo lo habíamos buscado infructuosamente. Y es que se puede decir que es un bar camuflado, semiclandestino, es UN bar, bar. EL bar es alargado, con una gran barra a la izquierda, un billar y una terraza donde poder fumar. El mobiliario de EL bar está formado por sillones, sofás, butacas para sentarte en pandilla o contigo mismo, porque lo que tiene EL bar es que tú puedes ir solo y seguro que haces amigos. En el poquito rato que estuvimos allí (a las 2 de la mañana nos echaron, horario made in USA) se nos sentaron dos chicos californianos con los que departimos sobre la elección de Rio de Janeiro como sede olímpica (mejor no repito lo que decían de Rio), y una vez estos chicos se fueron, se nos acercó otra pareja para charlar con la excusa de practicar el español que habían aprendido durante tres meses de estancia en Madrid. Tuvimos una charla entretenida. Lo dicho, me ha parecido más real EL bar de Goleta que muchos de nuestros bares patrios....
Bueno, después del cine nos fuimos a EL bar de Goleta. Y digo EL bar porque es el ÚNICO bar en Goleta. Carlos y Javier ya lo conocían, pero Guillermo y yo lo habíamos buscado infructuosamente. Y es que se puede decir que es un bar camuflado, semiclandestino, es UN bar, bar. EL bar es alargado, con una gran barra a la izquierda, un billar y una terraza donde poder fumar. El mobiliario de EL bar está formado por sillones, sofás, butacas para sentarte en pandilla o contigo mismo, porque lo que tiene EL bar es que tú puedes ir solo y seguro que haces amigos. En el poquito rato que estuvimos allí (a las 2 de la mañana nos echaron, horario made in USA) se nos sentaron dos chicos californianos con los que departimos sobre la elección de Rio de Janeiro como sede olímpica (mejor no repito lo que decían de Rio), y una vez estos chicos se fueron, se nos acercó otra pareja para charlar con la excusa de practicar el español que habían aprendido durante tres meses de estancia en Madrid. Tuvimos una charla entretenida. Lo dicho, me ha parecido más real EL bar de Goleta que muchos de nuestros bares patrios....
No hay comentarios:
Publicar un comentario