Pues hoy ha sido un día movidito...
He desayunado con la victoria del Barça. Felicitat.
Se me ha indigestado el té verde moruno con las declaraciones del cretino de Mourinho y toda la crispación que genera (he llegado a escuchar un "que se mueran los catalanes" entre los que abandonaban el Bernabéu). Lamentable.
Me he ido a clase de Anthropology. He visto dos videos a cual más neoracista. Mal.
He salido de clase y me he ido corre que te corre a uno de los edificios del campus donde había programada una charla de Baltasar Garzón. Sudor.
He llegado tarde. La sala estaba llena y no se podía entrar. Damnit.
Tras unos minutos de espera en el pasillo, ha salido una persona de la sala y me han dejado entrar. Gracias.
He escuchado atentamente a Garzón (a él y a su traductora). Aplausos.
El audio se salva, la imagen es terrible. Es una cámara que no da para más pero que puedo llevar en el bolsillo sin que me provoque una hernia.
La señora que se sentaba a mi lado me ha engatusado para meterme en un grupo de apoyo a Bradley Maning, el pobre desgraciado que se pudre en una cárcel militar estadounidense por, supuestamente, haber pasado información a Wikileaks. Rabia.
No he podido acercarme a Garzón porque estaba rodeado de fans y cámaras. Pavor.
He salido corriendo de la charla de Garzón y me he ido corre que te corre a mi clase de Feminist Philosophy. Sudor (again, aprieta el sol).
He descubierto a Andrea Dworkin y sus escritos sobre Israel. Mientras estaba en clase me he hecho fan de Andrea Dworkin en Facebook. Activismo.
10.00pm., vuelta a casa. A cenar, leer un poco, actualizar blog y dormir. Sueñooooooo.
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