Este video ha enfurecido a los de la Fox y los grupos más ultras que acusan a las escuelas de adoctrinamiento y lavado de cerebro de los niños.
Diario de una semana
Lunes 21, trabajo, trabajo, trabajo... y voy al International Students Center donde hago la entrevista con la coordinadora del curso de english conversation y pago los 25 dólares que cuesta el curso (todo el año, 2 horas al día de clase!). Empiezo el próximo lunes 28, de 1 a 3 del mediodía (qué horas, verdad?).
Martes 22, trabajo, trabajo, trabajo... y en el campus el Women's Center reparte helados, por lo que decido entrar en su local para ver qué hacen allí (es un día muy sunny). Lo primero que llama la atención es que en lugar de tener sugus para repartir, tienen tampones. Lo segundo que me llama la atención son las ganas de hablar que tiene la coordinadora, que ese día debió pasarse con la cafeina porque su verborrea era incontrolable y me llena de folletos de información contra la violencia de género y los abusos sexuales a menores... El helado estaba muy rico.
Miércoles 23, trabajo, trabajo, trabajo... y en la biblioteca, como se están promocionando me regalan un frisbee. Y me visualizo, frisbee que viene, frisbee que va... Y como la visualización me impide trabajar me voy a dar un paseo a la playa, pero claro, un frisbee en solitario no tiene mucha gracia, así que me quito los zapatos y.... me adentro en las cálidas aguas del Pacífico para... recoger caracolas!!! Y el frisbee me sirve para transportarlas (es una tarde que cunde) y acabo sentada en la arena viendo como los delfines se lo pasan fenómeno mientras el sol va desapareciendo en el horizonte. Este momento tan COOL termina volviendo a casa en oscuridad total por el bosque SIN LUZ, tentando con el frisbee y mis manos el camino...
Jueves 24, trabajo, trabajo, trabajo.... y torpeza total por mi parte. Quedo con un profesor en su despacho, miro la dirección por internet, y a la hora convenida me presento en el despacho fantasma, porque resulta que han trasladado el departamento de Communication y ya no está donde estaba, y tras mil vueltas en bicicleta por el campus, consigo llegar a su office, pero claro, ya no estaba. Resignada, me vuelvo para casa y le escribo un email disculpándome. Afortunadamente, él también se había perdido (buscando su despacho!) y entendía que it's too confusing. El próximo martes 29 empiezo sus clases (media literacy), de 15.30 a 17.00.
Viernes 25, trabajo, trabajo, trabajo.... me quedo en casa. Me levanto a ritmo de Rocky
y me paso todo el día escribiendo (por cierto, el otro día dieron durante todo un día la filmografía de Stallone, qué pedazo de actor!) . Por la tarde-noche (anochece a las 19 .15h) me monto en la bicicleta (intento sacar el coche y se me va el acelerador y ante el estruendo decido dejarlo donde estaba, Guillermo, don't worry, todo controlado). Bicicleando me acerco a Albertsons donde me surto de lechuga, guacamole, queso, fresas, cacahuetes, carrots y bagels. Y por primera vez la máquina - cajera y yo nos entendemos a la perfección y no hace falta escanear de nuevo los productos. Me alegro mucho y así se lo hago saber a la máquina, que pasa olímpicamente de mí y se queda repitiendo como una letanía la cantidad total que he de pagar....
Lunes 21, trabajo, trabajo, trabajo... y voy al International Students Center donde hago la entrevista con la coordinadora del curso de english conversation y pago los 25 dólares que cuesta el curso (todo el año, 2 horas al día de clase!). Empiezo el próximo lunes 28, de 1 a 3 del mediodía (qué horas, verdad?).
Martes 22, trabajo, trabajo, trabajo... y en el campus el Women's Center reparte helados, por lo que decido entrar en su local para ver qué hacen allí (es un día muy sunny). Lo primero que llama la atención es que en lugar de tener sugus para repartir, tienen tampones. Lo segundo que me llama la atención son las ganas de hablar que tiene la coordinadora, que ese día debió pasarse con la cafeina porque su verborrea era incontrolable y me llena de folletos de información contra la violencia de género y los abusos sexuales a menores... El helado estaba muy rico.
Miércoles 23, trabajo, trabajo, trabajo... y en la biblioteca, como se están promocionando me regalan un frisbee. Y me visualizo, frisbee que viene, frisbee que va... Y como la visualización me impide trabajar me voy a dar un paseo a la playa, pero claro, un frisbee en solitario no tiene mucha gracia, así que me quito los zapatos y.... me adentro en las cálidas aguas del Pacífico para... recoger caracolas!!! Y el frisbee me sirve para transportarlas (es una tarde que cunde) y acabo sentada en la arena viendo como los delfines se lo pasan fenómeno mientras el sol va desapareciendo en el horizonte. Este momento tan COOL termina volviendo a casa en oscuridad total por el bosque SIN LUZ, tentando con el frisbee y mis manos el camino...
Jueves 24, trabajo, trabajo, trabajo.... y torpeza total por mi parte. Quedo con un profesor en su despacho, miro la dirección por internet, y a la hora convenida me presento en el despacho fantasma, porque resulta que han trasladado el departamento de Communication y ya no está donde estaba, y tras mil vueltas en bicicleta por el campus, consigo llegar a su office, pero claro, ya no estaba. Resignada, me vuelvo para casa y le escribo un email disculpándome. Afortunadamente, él también se había perdido (buscando su despacho!) y entendía que it's too confusing. El próximo martes 29 empiezo sus clases (media literacy), de 15.30 a 17.00.
Viernes 25, trabajo, trabajo, trabajo.... me quedo en casa. Me levanto a ritmo de Rocky
y me paso todo el día escribiendo (por cierto, el otro día dieron durante todo un día la filmografía de Stallone, qué pedazo de actor!) . Por la tarde-noche (anochece a las 19 .15h) me monto en la bicicleta (intento sacar el coche y se me va el acelerador y ante el estruendo decido dejarlo donde estaba, Guillermo, don't worry, todo controlado). Bicicleando me acerco a Albertsons donde me surto de lechuga, guacamole, queso, fresas, cacahuetes, carrots y bagels. Y por primera vez la máquina - cajera y yo nos entendemos a la perfección y no hace falta escanear de nuevo los productos. Me alegro mucho y así se lo hago saber a la máquina, que pasa olímpicamente de mí y se queda repitiendo como una letanía la cantidad total que he de pagar....
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