Sealion

Hoy es viernes, y los viernes (normalmente) me quedo en casa trabajando. En nuestro apartamento se trabaja bastante bien. Durante el día entra mucha luz por el ventanal del balcón y el condominio está bastante tranquilo, con lo que la única molestia para trabajar soy yo misma. Cuando me quedo en casa trabajando lo hago con la televisión encendida para no perder la costumbre de vivir en un ambiente 'anglo'. Y para no desconcentrarme en exceso, sintonizo la CNN que se pasa todo el día repitiendo las mismas noticias. Pero el terremoto en Haiti hace que en la CNN se haga omnipresente Anderson Cooper, señor al que más de una vez he querido abofetear. Es lo más 'guay' en el reporterismo estadounidense.

Total, que tras unas horas de sobredosis de Anderson Cooper e imágenes de niños muertos, niños que sobreviven y luego mueren, loas a los recursos israelíes enviados a Haití, mientras en las imágenes ves a un bombero español salvando a un niño, pues me he dicho a mí misma "Me voy a la playa". Y como cuando una habla consigo misma, del dicho al hecho no pasan más de 5 segundos, pues me he cogido la cámara, el ipod (touch) para escuchar música, y me he ido silbando hacia la playa.

La tarde era espectacular. En la playa los 'chorlitos' correteaban sorteando las olas. Yo correteaba tras ellos y de tanto en tanto me detenía para recoger caracolas (a estas alturas ya no sé qué haré con tantas, la verdad, pero no puedo dejar de cogerlas) o a observar a los surferos o el color del cielo.

Surferas.

Y entonces, me he encontrado con ÉL. ÉL era un elefante marino bebé. Al principio me he acercado para tomarle fotos, pero cuando estaba a dos palmos de él me he dado cuenta que algo extraño pasaba. Parecía enfermo. He detenido a una pareja que paseaba por allí pero me han dicho que a ellos les parecía que estaba bien. Pero yo no me he quedado tranquila. No he visto muchos elefantes marinos en mi vida, pero un animal con espasmos y sin poder apenas moverse, no me parece que esté en buen estado. Total, que yo allí sin saber qué hacer. Entonces se ha acercado una mujer que tras hablar conmigo se ha ido a buscar ayuda en la reserva natural. Yo tenía el móvil conmigo así que he llamado a Guillermo para que me localizara un número de teléfono de protección de animales o whatever. Guillermo me ha dado un número. He llamado. Estos me han dicho que ellos no se hacían cargo de animales marinos y me han facilitado un teléfono de los que sí se hacen cargo. Entonces les he llamado, pero tenían un contestador. Les he dejado dos mensajes. Y en todo este tiempo, yo ahí haciendo compañía al elefante marino. Qué momento!!! Me miraba con esos ojitos, negros, y se me ponía la piel de gallina. Además, intentaba seguirme a todas partes. Tenía unas ganas de abrazar al pobre animal!!!!

ÉL

Pero claro, no creo que fuese bueno abrazarle, así que lo que yo hacía era acercarme al agua y coger con mis manos toda la que fuese posible para luego echársela por encima. No sé, es lo que hace la gente cuando las ballenas se acercan a las playas para suicidarse, no? Pues ahí estábamos ÉL y yo, mirándonos, conectando el uno con el otro, cuando ha venido la vigilante de la reserva. Me ha dicho que ya estaban de camino los protectores de los animales marinos y que ahora debíamos seguir el protocolo. ¿El protocolo? Y con su hoja en la mano, me lee: Punto 1 del protocolo: no tocar ni acercarse al animal puesto que puede tener algún tipo de infección. Punto 2 del protocolo: hay que alejarse de él, dejarle solo, puesto que la madre puede estar cerca, y como vea a alguien cerca de su cría puede ponerse muy violenta. Total, que me he tenido que ir. Con lágrimas en los ojos allí le he dejado. Oscurecia. Espero que los protectores de animales marinos hayan podido salvar su vida. Pobrecito. Cómo entiendo a Paul McCartney cuando se iba a Canadá a luchar contra el genocidio de focas. Cómo alguien puede ponerle la mano encima a un animal que te mira con esos ojos? Gentuza!!!