Me he levantado, duchado, contestado el teléfono (convencional y Skype), salido corriendo de casa con una chocolate chip cookie en la mano, he llegado a tiempo para coger el autobús 6 que me ha dejado (con tiempo de sobra) en State Street con Los Roques, me he metido en la librería Chaucer's, he hojeado unos cuantos libros, me he comprado uno de Leonard Cohen, Book of Longing, que hacía tiempo que tenía ganas de leer.
“I can hold in a great deal; I don’t speak
until the waters overflow their banks
and break through the dam.”
Tras esto, he ido a la bakery más cercana y he comprado dos fresh squeeze orange juices y dos enormes chocolate chips cookies. Y he enfilado la subida hacia la montaña que me lleva a casa de los Jennings. Por el camino me he cruzado con unos cuantos cuerpos atléticos que aprovechan el tiempo primaveral para salir a correr. Con todos ellos he intercambiado saludo, lo que me hace sentir inmensamente feliz en mi primitiva existencia.
He llegado a casa de Holly (Jennings), me he sentado con ella y hemos departido amigablemente, mientras saboreábamos el zumo de naranja y las cookies, sobre la II Guerra Mundial (si es que se puede departir amigablemente sobre una guerra, claro). Tras una hora y media de amigable (reitero) e instructiva charla, he bajado de las montañas, cuan Heidi acompañada de Pichi (pájaros amarillos, que no son canarios, y azules revolotean por los cielos de Santa Barbara, al igual que cuervos, no tan fashionistas ellos),
y me he situado de nuevo en State Street a la espera del autobús. 10 minutos después, minutos que he aprovechado para leer algún poema de Cohen, llega el autobús 6 y me monto en él. A mitad de trayecto, de forma espontánea, decido apearme de él. Es un sunny day que merece ser caminado, así que camino y camino. Y me paro en la tienda de antigüedades de downtown Goleta, donde el dueño ya me conoce (por pesada, básicamente), doy un paseo por este museo de trastos a ver si hay alguna 'novedad' en el mundo del vintage. Me compro una bagatela (because I'm worth it, me digo), le deseo a Paul (el owner) que pase una buena tarde, él me desea lo mismo, y entro en una cafetería cercana a tomarme un agua mineral. Llevo conmigo un borrador de paper que he de hacer sobre e-parliament. Me siento en una mesa, leo, releo, me enmiendo, me desenmiendo, miro por la ventana, escucho la música del café, miro a mi alrededor, me canso de estar allí y salgo de nuevo a la calle. Se está yendo el sol, así que me espero a que pase el autobús (el 6, sí). 15 minutos después, llega el autobús, me saludo con el conductor y nos dirigimos hacia Ellwood. 10 minutos después me apeo del autobús, camino unos cuantos metros entre pinos (recojo unas piñas con el propósito de utilizarlas como elemento decorativo para la próxima Navidad) y llego a Kastalia Apartments. Una vez en el apartamento, me hago un té moruno (traído desde Barcelona, of course) y me siento a trabajar en el salón mientras en la CNN Larry King entrevista al vicepresidente de la nación, Joe Biden. A las 8pm aparece Guillermo y nos vamos a cenar a downtown Santa Barbara, a un restaurante italiano, Ca Dario. Comida buena (que ya es mucho en el contexto en el que nos movemos), lugar tranquilo, íntimo, fotos de principios de siglo pasado (el XX) donde se ve a italianos llegando a Ellis Island. Se acaba la cena y volvemos para casa. Un poco de South Park, John Stewart y Stephen Colbert, y a dormir.
Pues eso, un 10 de febrero más. Cada vez más Tyrannosaurus Rex....
No hay comentarios:
Publicar un comentario