En el Big Sur hemos visto gaviotas,
pelícanos, ardillas,
gatos, perros,
vacas pastando, un zorro (Guillermo, yo no alcancé a verlo), ciervos cruzando plácidamente el camino ante nuestras miradas,
elefantes marinos (ya os he hablado de ellos en el anterior post), focas (lo mismo), ballenas pasar por el océano mientras comíamos en la terraza de un restaurante, cóndores sobrevolando nuestras cabezas,
todo tipo de árboles y plantas, incluso alguna bastante venenosa como la Poison Oak, y por la noche un cielo estrellado donde poder contemplar la Vía Láctea (aka Milky Way). Pero para preservar toda esta naturaleza salvaje y que ningún urbanita desaparezca en su inmensidad, hay que señalizar y avisar de todo peligro inminente. Aquí, una muestra.
Protegiendo a los elefantes marinos.
Cuidado con las olas.
En la playa de Carmel.
Poison Oak.
Bixby Bridge.
Que te vas a caer.
En otro de los caminos del Big Sur.
Cuidado con las lluvias.
Lo mismo aquí.
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