(ya no recuerdo si os hablé de la tradición berkelyana del 1 de Enero: comprar compulsivamente calendarios de pared, calendarios de mesa, calendarios de nevera, agendas, etc. de perros, gatos, de célebres pintores, de célebres fotógrafos, de montes, de ríos, de mujeres, de hombres, de motos, de coches, de niños, de zapatos, de frases célebres, de recetas de cocinas, de grandes hombres, de grandes mujeres, de chistes, de corazones, de golosinas, de latas de Coca-Cola, de países, de cielos, de volcanes, de mares, de signos del zodíaco, del Kamasutra, de sillas, and so on).
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