viernes, 26 de noviembre de 2010

Thanksgiving

Hemos pasado un Thanksgiving bien divertido con la familia Zeyrek. Llegamos a su casa a las 4 de la tarde (para cenar) y nos fuimos de allí lo últimos (as usual) sobre las 10 de la noche, lo que para esta costa del Pacífico es un horario bastante trasnochador. Hemos comido pavo, patatas de todos los sabores y gustos, y hasta una paella. Y luego hemos probado postres de toda clase: tiramisú, pumpkin pie, boniatos, chocolate cake, etc. Gastronómicamente hablando, muy variado.

Primeros platos.

Mesa de los postres.

La celebración se hacía en la bellísima casa en North Berkeley de Maria y Tarek.

Impresionante vista desde el salón (a lo lejos, el Golden Gate).

La cena ha empezado con unas palabras del abuelo, que ha pedido a uno de sus hijos (Andy, el hermano de nuestra anfitriona) que hiciera la oración (como Ben Stiller en El Padre de la Novia, para que os hagáis una idea).

Mesa de Thanksgiving.

Allí fueron los padres de Maria (segunda generación de inmigrantes filipinos), y sus dos hermanos con sus parejas. Tarek es originario de Turquía (llegó a Berkeley para hacer un postgrado y acabó quedándose a vivir), y a la celebración se unió también una pareja de postdocs turcos con su hijo, una italiana con sus padres y su hijo, otro italiano postdoc, una alemana predoc, una pareja de brasileños, y una pareja de japoneses con los que compartimos una animada charla en la cena (él experimenta con ratas y no paramos de hacerle preguntas sobre los experimentos que realizaba). Conclusión: pobres ratas.

Estuvo realmente muy animado. Tanto que yo acabé con la abuela cantando Mrs Robinson de Simon & Garfunkel en un karaoke. Y poca broma, que quedamos en segunda posición en cuanto a score.



Pues eso, una experiencia muy gratificante y que muestra una vez más el carácter tan abierto de los habitantes de California. De verdad que no puedo decir más que cosas positivas de los californianos. ¿Quién abre su casa a unos extraños para que no pasen solos un día tan especial?Realmente, no dejan de asombrarme.

La abuela (en pleno ataque de risa) cantando la canción del Titanic.
Momentos después las dos haríamos un dúo.

2 comentarios:

Luizinho Peres dijo...

¡Sensacional tu relato! Entrañable. Un inmigrante se identifica con las familias adoptivas en fechas relevantes. Besos, Luizinho.

PD: Nos debe tu opinión sobre el nuevo president!

Núria dijo...

Luizinho!!! Qué ganas de verte y de charlar contigo sobre lo terrenal y lo divino. Se hace imperiosa una cita en fechas prenavideñas. Espero que estés ya por Barcelona!!! Un besazo, camarada!!!